El arte me enseñó a vivir directa e indirectamente como los orientales que aman a las sugerencias como los occidentales a lo obvio.
El arte me enseño a aceptar todas las maneras de la vida, todas sus manifestaciones lo que me gusta y lo que no me gusta, lo dulce y lo amargo, lo fácil y lo duro sin miedo, que es lo que pudre a la mayoría antes de madurar.
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