jueves, 30 de junio de 2011

HARLAN ELLISON

Pero una vez que se han probado los labios, una vez que se ha entregado uno a su perfección, cuan áridas y pesadas y llenas de inanidad son el resto de las horas de vigilia, atrapados por los grilletes de lo meramente ordinario, lo tan solo aceptable, lo que sirve pero nada más…

..La excelencia es su propio patrón, no debe respeto a nada, no inclina la cabeza ante nada. Existe pura y entera como la cara plateada de la luna. Intocable, inalcanzable, exquisita. Pero frustrante porque nos recuerda cuanta mediocridad soportamos durante la semana.

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