sábado, 4 de julio de 2009

CERVEZA

Tres de la tarde. Cuatro de la tarde. Cinco de la tarde. Tarde. Sol trip trip trip vamos o no vamos. Un litro de cerveza para pasar la tarde, para disimular la espuma de los días con la espuma que se escurre por el vaso, por los dedos, por la mesa, la calle, los labios de las mujeres, por las paredes, las ventanas y las puertas, y las nubes. La cerveza y el olor, ese olor que se pega a las horas, tres de la tarde, cuatro de la tarde, cinco de la tarde, tarde, el olor de la tarde, trip trip trip vamos o no vamos, qué cosa tan seria. Cielo azul. Cielo limpio. Cielo. Edificios. Cuerpos que pasan abaleados por la espuma negra de los días. Cuerpos que se diluyen en un sorbo de luz. Cuerpos que pasan uno y otro con su olor a hierba seca, a cigarrillo rubio, a yegua, a parque lleno de hojas secas. Cuerpos. Cerveza. Cuerpos con pequeñas lluviecitas diseminadas un poco en las nalgas, un poco en las tetas, un poco en los pies. Cuerpos que pasan uno tras otro con la tarde, tres de la tarde, cuatro de la tarde, cinco de la tarde. Nubes, palomas. Mayo. Junio, (Julio) un semáforo en amarillo y un plato de arroz y una cerveza vamos o no vamos trip trip trip, qué cosa tan jodida.

Evidentemente el experimento fue negativo.

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