martes, 1 de julio de 2008

Los blues de Chiba City

"El cielo sobre el puerto tenía el color de una pantalla de televisor sintonizado en un canal muerto.

- No es que esté desahogándome –Case oyó decir a alguien mientras a golpes de hombro se habría paso entre la multitud frente a la puerta del Chat-. Es como si mi cuerpo hubiese desarrollado toda esta deficiencia de drogas –era una voz del Ensanche y un chiste del Ensanche. El Chatsubo era un bar para expatriados profesionales; podías pasar allí una semana bebiendo y nunca oír dos palabras en japonés.

Ratz estaba sirviendo en el mostrador, sacudiendo monótonamente el brazo protésico mientras llenaba una bandeja de kirin de barril. Vio a Case y sonrió; sus dientes, una combinación de acero europeo oriental y caries marrones. Case encontró un sitio en la barra, entre el improbable bronceado de una de las putas de Lonny Zone y el flamante uniforma naval de un africano alto cuyos pómulos estaban acanalados por precisos surcos de cicatrices tribales.

- Wage estuvo aquí temprano, con dos matones – dijo Ratz, empujando una cerveza por la barra con la mano buena-. ¿Negocios contigo tal vez, Case?

Case se encogió de hombros. La chica de la derecha soltó una risita y lo tocó suavemente con el codo. La sonrisa del barman se ensanchó. La fealdad de Ratz era tema de leyenda. En una era de belleza asequible, la fealdad tenía algo de heráldico. El arcaico brazo chirrió cuando se extendió para alcanzar la otra jarra. Era una prótesis militar rusa, un manipulador de fuerza retroalimentada con siete funciones, acoplado a una mugrienta pieza de plástico rosado.

- Eres demasiado el artiste, Herr Case. –Ratz gruñó; el sonido le sirvió de risa. Se rascó con la garra rosada el exceso de barriga enfundada en una camisa blanca. –Eres el artiste del negocio ligeramente gracioso.

- Claro –dijo Case, y tomó un sorbo de cerveza-. Alguien tiene que ser gracioso aquí. Ten por seguro que ese no eres tú.

La risita de la puta subió una octava.

- Tampoco tú, hermana. Así que desaparece, ¿de acuerdo? Zone es un íntimo amigo mío.

Ella miró a Case a los ojos y produjo un sonido de escupitajo lo más leve posible, moviendo apenas los labios. Pero se marchó.

- ¡Jesús! –dijo Case-. ¿Qué clase de antro tienes? Uno no puede tomarse un trago en paz.

- Mmm –dijo Ratz frotando la madera rayada con un trapo-. Zone ofrece un porcentaje. A ti te dejo trabajar aquí porque me entretienes.

Cuando Case levantó su cerveza, se hizo uno de esos instantes de silencio, como si cien conversaciones inconexas hubiesen llegado momentáneamente a la misma pausa. La risa de la puta resonó entonces, con un cierto deje de histeria.
Ratz gruñó: -Ha pasado un ángel.

- Los chinos –vociferó un australiano borracho-; los chinos inventaron el empalme de nervios. Para una operación de nervios, nada como el continente. Te arreglan de verdad, compañero...

- Lo que faltaba – dijo Case a su vaso, sintiendo que toda la amargura le subía como una bilis-; eso sí que es una mierda.

Ya los japoneses habían olvidado más de neurocirugía de lo que los chinos habían sabido nunca. Las clínicas negras de Chiba eran lo más avanzado: cuerpos enteros reconstruidos mensualmente, y con todo, aún no lograban reparar el daño que le habían infligido en aquel hotel de Memphis.

Un año allí y aún soñaba con el ciberespacio, la esperanza desvaneciéndose cada noche. Toda la cocaína que tomaba, tanto buscarse la vida, tanta chapuza en Night City, y aún veía la matriz durante el sueño: brillantes reticulados de lógica desplegándose sobre aquel incoloro vacío...Ahora el Ensanche era un largo y extraño camino a casa al otro lado del Pacífico, y él no era un operador, ni un vaquero del ciberespacio. Sólo un buscavidas más, tratando de arreglárselas. Pero los sueños acudieron en la noche japonesa como vudú en vivo, y lloraba por eso, lloraba en sueños, y despertaba solo en la oscuridad, aovillado en la cápsula de algún hotel de ataúdes, con las manos clavadas en el colchón de gomaespuma, tratando de alcanzar la consola que no estaba allí. "


Neuromante,
William Gibson
1984



Acabo de terminarla (: he estado leyendo mucho estos días, lo único malo es que dejo muchos libros a medias joder!! quisiera poder tener el poder(tantos verbos juntos OMG!!) ese de Naruto xD no recuerdo el nombre, bueno y así que hayan muchas ins y todas hagan las diversas cosas que me gustaría estar haciendo en lugar de una sola, oh por dios eso sería genial!!!!! bueno pero eso sí todas dormirían al menos las 10 horas debidas haha ahora me voy a tener los sueños libidinosos que me pidieron que tenga y mañana los cuento hahahahaah.

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